Rick Schwartz (en la foto) ponía hace unos un ejemplo del patrón que sigue y no abandona. Algo tan sencillo como saber decir que no. Pero algo muy difícil para muchos siempre y para unos cuantos algunas veces. Sin embargo esta actitud ha funcionado durante siglos.
Su ejemplo reciente era el de Abe Goldstein, un agente inmobiliario de Brooklyn que acaba de conseguir, con paciencia, convertir una inversión inicial de 1 millón de dólares en 150 millones de dólares.
Goldstein decidió conservar un edificio propiedad de su familia durante el boom inmobiliario. Comprado por su padre en 1980, lo utilizaban para el negocio familiar, alquilando el resto. Cuando cerraron el negocio familiar en 1980 optaron por seguir alquilando el resto pero sin vender.
Tenía una absoluta confianza en que el valor de su propiedad se incrementaría con el tiempo. Rechazó ofertas iniciales de 85 millones de dolares por el inmueble. Entre los interesados estaban Zara, Microsoft, Michael Kors, Nike y Adidas.
Finalmente lo vendieron por 150 millones de dólares, todo un record por un inmueble del Soho.
Ya con los dominios, Rick citaba su última venta de un dominio. Le costó inicialmente 70$, lo mantuvo durante 14 años durante los cuales le generó más de 25.000$ y finalmente lo vendió por 150.000$.
Los comentarios están cerrados