Domisfera

El spam es una actividad ilegal en Estados Unidos, Europa y otros paises como Argentina, Canadá, Japón, Hong Kong,… Ha habido ya condenas por estas prácticas de 9 años de cárcel y $2 millones.  En España hay ya una larga lista de procedimientos sancionadores resueltos.

Ed, un spammer retirado, consiguió una considerable fortuna enviando mails con anuncios de pastillas, porno y casinos. En las rachas altas, Ed dice que conseguía de $10.000 a $15.000 a la semana. Almacenaba el dinero en cajas de billetes de 20$.

Era una vida de avaricia y excesos, alimentado por gente especialmente vulnerable que quería comprar drogas o ganar dinero jugando en Internet. Empezó cuando dejó el instituto a los 17 años y lo dejó a los 22. Ed, también conocido como SpammerX, era parte de un submundo eléctrónico de Internet que gana dinero con el spam.

Enviaba spam a personas que se estaban recuperando de la adicción al juego online. Usaba la dirección de mail de personas que habían comprado antidepresivos para hacerles spam con productos farmaceúticos.

Dedicaba una mediade 10 horas al día estudiando cómo enviar spam y evitar los filtros de seguridad que mandan este tipo de correos a la basura. La mayoría de los filtros antispam son relativamente efectivos. El utilizaba los resquicios y trucos, como cambiar ligeramente las imágenes que se mandaban en el correo, para saltárselos.

Es un negocio estadístico y de ingeniería. Mientras más porcentaje de mails llega, más dinero hacía Ed.

Primero él encontraba a un vendedor con un producto. Luego compraba o conseguía una lista de direcciones de mail, otro negocio dentro del negocio. Enviaba los correos y cobraba por cada click que se hacía hacia la web del vendedor.

El spam se solía enviar desde una red de ordenadores controlada por un hacker llamadas botnets. Esos PCs solían ser máquinas infectadas con troyanos. Ed también alquilaba esas redes a otros hackers o spammers.

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Dentro de un céntrico hotel, Larry Fischer está hablando por su móvil con un inversor mientras su socio  Ari Goldberger hace una búsqueda en el portátil.

Están pujando frenéticamente en una subasta de dominios por megayachts.com. Ellos lo quieren.

"$110.000, ¿sí o no? Rápido", le dice Fischer al inversor al otro lado de la línea.

Alguien ha pujado $120.000. Fischer y Goldberger tienen que subir la oferta una vez más. Y otra vez más.

A la una, a las dos… vendido a Fischer y Goldberger por $150.000.

Esta industria es como el salvaje oeste, y la gente no se imagina con qué rapidez está creciendo. Se estima que el valor de mercado de toda la industria del domaining puede tener un valor de mercado de 4.000$ millones para el 2010. Actualmente se compran unos 90.000 dominios diariamente.

A finales del primer trimestre ya había 128 millones de dominios registrados, un 31% más que el año anterior. Los dominios son la propiedad inmobiliaria de la web.

En la subasta de Manhattan, Fischer and Goldberger compraron 4 dominios por un valor superior a 1.2$ millones. Fischer (44 años) es de Nueva York y Goldberger (46 años), de Nueva Jersey. La entrada en el negocio de Goldberger no fue muy ortodoxa. En 1996 la Hearst Corporation lo demandó por infringir una marca registrada al tener el dominio esqwire.com, que era idéntico al nombre de una de las revistas de la empresa.

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