Domisfera

Desde luego, la llegada de Internet a la pequeña isla Niue ha traído un poco de fortuna a este rincón paradisiaco del Pacífico Sur. Su extensión .nu, se ha convertido en un éxito en Suecia donde "nu" quiere decir "ahora" en sueco. Y es que el visionario y emprendedor Bill Semich de Medfield (Massachusetts, USA) adquirió los derechos para gestionar y vender los dominios .nu a principios de los años 90. A partir de ahí, ha invertido parte de los beneficios de las ventas de dominios en Suecia para convertir a la isla Niue en la primera nación del mundo donde todos sus habitantes ( 1.200) disfrutan de Internet wireless gratuito.

Pero claro, cuando algunos funcionarios de la isla se empezaron a dar cuenta de que de que el beneficio que podrían sacar si el Gobierno de la propia isla explotara su propia extensión no era grano de anís, pretendieron exigirle al bueno de Semich de 62 años una mayor parte en los beneficios y un mayor control de su ccTLD. De este modo, el Gobierno de la Isla de Niue empezaba a ver su extensión .nu como una riqueza nacional de la cual estaban siendo expoliados.

Actualmente, no cabe lugar a la duda, y se puede decir que los gobiernos de todo el mundo empiezan a ver en sus ccTLDs una fuente de ingresos y una extensión de su soberanía, esta vez en el mundo virtual.

Así las cosas, más de una docena de gobiernos han recuperado el control de sus ccTLDs en los últimos años. Generalmente, estaban en manos de individuos que los dirigían desde los años 90, antes de que los gobiernos fueran conscientes del poder de Internet.

En el año 2004, Francia sacó una ley para controlar las extensiones de sus territorios de ultramar como Mayotte (.yt) y St. Pierre y Miquelon (.pm). Hace un par de años, las Islas Caimán  obtuvieron el control de su extensión (.ky), que poseía un empresario de Kentucky. Seguirían sus mismos pasos Kazajistán y Sudáfrica también, cuando tuvieron que batallar para recuperar sus extensiones.

Desde la ICANN se ha reconocido que los países deben tener un control efectivo y soberano sobre su ccTLD. En años anteriores no se pensaba así, y se transfería el control de las extensiones "en beneficio de los intereses de la comunidad de Internet" y si el país en cuestión daba su beneplácito.

Pocos son lo que saben que los ccTLDs se concibieron a principios de 1980 de la mano de Jon Postel -científico de la Universidad del sur de California- como un medio de organización de Internet. Reflejando la naturaleza informal de Internet por aquella época, Postel asignó el trabajo de crear los ccTLDs a amigos y colegas de profesión que se presentaban voluntarios para la tarea.

Evidentemente, los contactos administrativos para cada país tenían que residir en el propio país y asumir que era un servicio público para la comunidad de Internet. Más tarde, en 1.994, Postel escribiría un memorándum con todos los ccTLDs y la política para la asignación de dominios que era: "el primero que llega, lo coge".

Mientras esto sucedía, los gobiernos hacían caso omiso a las propuestas de Postel, llegando a  verlo incluso como una moda pasajera. Postel comprendería rápidamente las ramificaciones políticas de su trabajo y, para hacerlo aún más objetivo, asignó un código de dos letras a cada país que estuviera listado en la International Organization for Standardization de Ginebra.

Algunos de los que aparecían en la lista no eran países, sino que eran territorios pertenecientes a otros países, como la famosa isla del Reino Unido Pitcairn. Ubicada en el Pacífico Sur, dió cobijo a los amotinados de la HMS Bounty tras su "Rebelión a bordo" hace unos cuantos siglos, cuando a los piratas los embadurnaban de brea y los colgaban a la entrada de los puertos como aviso.

Desgraciadamente, Postel tuvo que morir en 1998 con la resignación de ver su trabajo como algo meramente administrativo, fue entonces, cuando Semich vio una magnífica oportunidad de negocio…

A Postel nunca se le ocurrió que los ingresos obtenidos por los dominios podrían ser mucho más grandes que el puramente obtenido con el servicio a la comunidad de Internet en sí. Semich, que era un editor de una revista informática a principios de los 90, además de parte activa en debates y congresos sobre la Red, supo vislumbrar a través del conocimiento adquirido en su trabajo la evolución que tendría Internet, y de este modo,  vió un gran negocio: preveyó la futura demanda de dominios.

Hasta tal punto llegaron las convicciones de Semich, que en 1998 dejaría su trabajo en la revista y se concentraría en su nuevo trabajo a tiempo completo. Todo empezó en una pequeña empresa de software que ofrecía a sus clientes la posibilidad de tener dominios en un alfabeto distinto al latino. Negoció y obtuvo la concesión de la extensión .nu que ofrecía a empresas americanas como alternativa barata al .com. En aquella época un .com costaba 100$ por un periodo de dos años. Después de comprar los servidores y ser aprobado por la ICANN, los ya disponibles dominios .nu de Semich comenzarían una espectacular carrera en el tiempo.

En un principio, la ICANN sólo le exigía a Semich información que refrendase su capacidad técnica para administrar la extensión, Semich no tenía que pagar tasa alguna, no obstante, gastó unos $100.000 en servidores y otros equipos para empezar.

Tomando un poco de perspectiva de la Isla de Niue, con su vecino más cercano Tonga, a más de 525 km., Niue es uno de los lugares más aislados de la Tierra. De hecho, el explorador británico James Cook y sus hombres lo tuvieron que pasar muy mal cuando visitaron la isla en 1774 y unos enfurecidos nativos les persiguieran, posiblemente llevaban varios días sin comer carne. Por eso, este invasor británico decidió llamar al lugar: isla salvaje. Los siguientes colonizadores, quiero decir invasores, se sorprendieron por la vegetación de esta isla y la llamaron con la misma palabra que su nombre en el lenguaje local: coco. Cabe señalar, que cuando Niue construyó un aeropuerto en 1971, cientos de habitantes lo usaron para emigrar.
Su único ingreso propio era la venta de recuerdos y los derechos de pesca sus habitantes, por lo demás viven de la ayuda gubernamental exterior. Parece ser que el gobierno da mucho empleo en la isla.

Retomando la historia, cuando Semich entró en escena con su proyecto en la isla Niue, Telecom Niue que no sabía por donde le daba el aire, manifestó no estar interesado en el dominio ni en ofrecer servicios de Internet. Es más, el señor Hipa de Telecom Niue hacía público que el gobierno acababa de escribir una política para su extensión .nu, pero ignorantemente, él se creía que la extensión .nu era algo parecido a un prefijo de llamada internacional.

Así las cosas, Semich contrataría dos emigrantes de la isla: Richard St. Clair y Stafford Guest. Su misión: establecer un servicio de Internet en la isla. El plan inicial de Semich era vender los .nu en el mercado norteamericano, pero pronto se quedaría sorprendido del interés que mostraban los suecos por él.

Por aquella época, el ccTLD de Suecia (.se) estaba reservado exclusivamente para empresas suecas. Pero una interesada población en Internet empezaría a buscar alternativas, como el .nu.
A día de hoy, más del 80% del negocio de Semich está en las ventas producidas en Suecia, llegando incluso a abrir una sede en Estocolmo. Sirvan como humilde botón de muestra: un club de paracaidismo sueco que compró el equivalente a "getupandjump.now" y Vicks Vaporub con el equivalente a "wakeup.now"

El ccTLD de la isla de Niue se cobra a $30 al año con un periodo mínimo de contratación de dos años. Así surge el fenómeno .nu que ha logrado vender más de 110.000 dominios.

A la postre, Semich afirma que sus ingresos anuales son una cifra comprendida entre 1 y 9 millones de dólares. Decide donar entre el 15% y el 30 % al desarrollo de Internet en la isla: un cybercafé, u edificio anticiclones para proteger el equipo de Internet y $6.000 mensuales para pagar el enlace con Nueva Zelanda. También realiza obras de caridad y en total emplea a 12 nativos de la isla. Para Junio de 2003, su empresa era capaz de ofrecer Internet wireless a los isleños a través de una serie de torres instaladas en la isla. Su empresa también patrocina al equipo de Rugby local.

Pero… el nuevo ministro de telecomunicaciones de la isla quiere tener la gestión de la extensión .nu, es más, ha pedido a la ICANN que se le transfiera el control de la extensión y asegura que lo que ha hecho Semich es una forma de neocolonialismo. Incluso se ha llegado a más, el gobierno de Niue ha llegado a contratar un consejero americano para recuperar la extensión de la isla, acusando a Semich de no cumplir su palabra de dar el 25% de los ingresos al gobierno y de permitir el registro de webs pornográficas, algo que escandaliza a la ultracatólica Niue.

Por contra, Semich asegura que no hubo nunca tal acuerdo y que si ayuda o da internet gratis a la isla, es porque quiere. Afirma también que otros operadores de extensiones no dan dinero a sus respectivos gobiernos de esa manera.

Servida la guerra y adentrados en la batalla judicial por el control de la extensión .nu, Semich decidió aplicar un pequeño correctivo a esos todos los que le tocaban sus partes más nobles, y haciendo uso del control que tiene en Internet bajo la isla, les capó las conexiones wireless y les cerro el grifo virtual a toda la isla cuando le demandaron. Menuda la que se montó en la isla…

Actualmente, el ganador de las últimas elecciones Mititaiagimene Young Vivian, ha tomado una postura de aproximación a Semich diciendo que aunque el tema no está cerrado, lo importante es que una parte razonable de los beneficios reviertan en la isla.

(Traducción libre del artículo fuente base de Post-gazette recomendó por Dominero de DominiosIDN en el foro Demene)