Domisfera

El pasado 18 de Marzo de 2011 la ICANN aprobó por 9 votos a favor 3 en contra y 4 abstenciones (el CEO de la ICANN se abstuvo) que la ICM pueda gestionar los dominios .xxx (Resolución, Razonamientos para la aprobación y Entrevista con el CEO y el Presidente de la ICANN discutiendo la decisión). Algunos miembros votaron a favor argumentando que si se rechazaba ahora, la propuesta para crear los .xxx se enviaría cuando se abra el proceso para crear nuevas extensiones y en este caso no habría restricciones para los registrantes de dominios .xxx, como sucede en los sTLDs.

Unos 25 webmasters de contenido para adultos hicieron una protesta organizada por la Free Speech Coalition fuera del edificio donde la ICANN aprobaba la creación de la extensión (video).

Cuando la solicitud fue enviada hace 7 años a la ICANN la tasa fue de 100.000$ (2004 apertura de propuestas de creación de sTLDs), sin embargo la aprobación le ha costado más de 12 millones a la tenaz ICM (Entrevista con su CEO Stuart Lawley). La ICM ha recibido más de 210.000 reservas de dominios .xxx hasta la fecha. Lawley espera abrir el periodo Sunrise para marcas registradas en Junio y el periodo Landrush en otoño.

La cronología de esta extensión comenzaba en el año 2000 cuando ICM Registry propuso a la ICANN la creación de dos gTLDs (en aquella época no había sTLDs): .kids y .xxx. Finalmente, y tras una revisión independiente de la decisión de la ICANN según la normas de arbitraje internacional (caso ICDR Nº. 50 117 T 00224 08), se emitió una decisión (79 páginas) que decía que en la resolución del 1 de Junio de 2005 la ICANN admitió que ICM reunía todos los criterios necesarios para que se le adjudicara el sTLD. La posterior reconsideración no es consistente con los principios de neutralidad y objetividad de las políticas de la ICANN.

Se aconsejaba a la ICANN que volviera a estimar la solicitud para crear los dominios .xxx (no vinculante) y que pagara los costes del proceso (4.500$ Centro de Arbitraje y $473.744,91 Panel de Expertos).

Fue el punto de inflexión del proceso ya que el rechazo de la solicitud por parte de la ICANN violaba sus propias reglas.